Abel Prieto da botella para sentirse «de pueblo» y es descubierto escuchando reguetón chatarra

En un intento de conectar con el pueblo y «hacer un acto de humildad revolucionaria», el exministro de Cultura y actual presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto Jiménez, decidió dar una botella a varios cubanos en La Habana, solo para ser descubierto en un curioso desliz musical: estaba escuchando reguetón, el mismo género que ha criticado como parte de la «cultura chatarra yanqui y miamense» a la que ha aludido en el pasado.

Según testigos, Prieto, quien recientemente ha lanzado severas críticas contra la influencia de la «música comercial mediocre» en la isla, quiso hacer un gesto cercano al pueblo al ofrecer un aventón a varias personas que esperaban transporte en una avenida habanera.

Sin embargo, la sorpresa fue mayúscula cuando, al subirse al auto, uno de los pasajeros notó que el intelectual llevaba reguetón a todo volumen en su reproductor.

“Nos quedamos boquiabiertos. ¡Era el mismo Abel Prieto, pero con una playlist de reguetón que daba pena!”, comentó luego uno de los pasajeros a Cuba Ridícula.

El exministro, quien se ha pronunciado en diversas ocasiones contra la «avalancha de cultura chatarra» que, según él, ha erosionado los valores culturales del país, rápidamente intentó cambiar la emisora al darse cuenta de que su momento de debilidad había sido descubierto​. Pero fue demasiado tarde: uno de los pasajeros ya estaba grabando la escena.

“Yo solo quería ver cómo era esa música que está tan envenenada con la influencia del imperialismo, para entender mejor lo que estamos combatiendo”, se justificó Prieto mientras las notas de La Totaila invadían ambos lados de la calle. Para muchos en las redes sociales, la explicación no fue convincente.

“Lo pillamos con las manos en la masa, o mejor dicho, con los oídos en el reguetón”, bromeó un internauta.

Este curioso episodio ha generado risas y comentarios irónicos, especialmente por las repetidas ocasiones en las que Abel Prieto ha señalado la «cultura chatarra» como uno de los mayores peligros para el alma de la nación. ¡Quién diría que un aventón podría terminar en un escándalo musical revolucionario!

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