La vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba vivió una embarazosa situación durante su visita de trabajo a la Duma Estatal de Moscú, donde, al perderse en los pasillos del edificio, acabó en los servicios sanitarios.
Un pequeño malentendido en la Duma
Ana María Mari Machado, vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (ANPP), reveló durante su visita a la Duma Estatal de Rusia un curioso incidente que la hizo pasar un mal rato.
MÁS NOTICIAS
Al no dominar el idioma ruso y perderse en los interminables pasillos del edificio, la cubana terminó en los baños del lugar.
“No entendí nada de las señales, ni de las indicaciones que me dieron. Cuando me di cuenta, ya estaba en los baños”, confesó al finalizar la visita.
Pasillos infinitos y ninguna señal en español
Mari Machado explicó que su odisea comenzó al separarse del grupo con el que recorría el edificio de la Duma.
Sin saber cómo regresar y rodeada de carteles en ruso, entró en pánico.
“Vi tantas puertas iguales, pero ninguna tenía el símbolo universal de ‘salida’. No sé si estaba en el ala derecha, en la izquierda o en otro edificio completamente diferente. Parecía una trampa diseñada por arquitectos para perder delegaciones extranjeras”, agregó.
La barrera del idioma y la sorpresa final
Con pocas opciones para orientarse, la vicepresidenta optó por abrir una puerta, esperando encontrar algún salón de reuniones.
Sin embargo, lo único que encontró fue un grupo de limpiadoras rusas que, al verla desorientada, solo pudieron reír.
“Fue en ese momento cuando entendí que estaba en los baños”, relató.
Según dijo, la barrera del idioma fue el principal obstáculo: “Mi ruso se limita a decir ‘vodka’, y eso no fue de mucha ayuda”.
Un incidente que dejó huella
El incidente no pasó desapercibido, y los miembros de la delegación cubana hicieron bromas al respecto durante el resto de la visita.
Mari Machado, sin perder su característico humor, declaró que quizás este era el tipo de anécdotas que forjaban los lazos internacionales.
“Si esto es lo que me pasa en Moscú, imagínense lo que sería en Vladivostok”, añadió entre carcajadas.
Aunque en tono jocoso, la experiencia dejó claro que la falta de dominio de idiomas puede hacer que las visitas oficiales tengan giros inesperados.
La delegación cubana regresó a la isla con mucho que contar, pero Mari Machado no olvidará su aventura entre los pasillos y baños de la Duma, que seguramente quedará como una de las historias más recordadas de su visita a Rusia.