El bocadito de mortadela, la nueva arma del Poder Popular.
Las autoridades cubanas han decidido implementar una medida radical: repartir meriendas a los participantes de las asambleas de rendición de cuenta del delegado a sus electores.
Según fuentes cercanas al Partido Comunista de Cuba (PCC), esta estrategia busca no solo atraer a más ciudadanos a los encuentros barriales, sino también garantizar que se queden hasta el final, especialmente en aquellos barrios donde las quejas abundan y las soluciones escasean.
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La estrategia del bocadito: una táctica milenaria
«En los años 80, cuando el queso fundido todavía era real y no una leyenda urbana, este tipo de incentivos funcionaba de maravilla. Ahora, con la nueva edición del bocadito de mortadela o, en algunos casos, galletas de soda, estamos seguros de que la participación se disparará», comentó un delegado que prefirió mantenerse en el anonimato.
Las autoridades aseguran que el menú ha sido meticulosamente seleccionado, combinando tradición y economía.
«El bocadito de mortadela será el plato estrella, pero también habrá sorpresas: jugo de piña (con suerte, diluido en más de un litro de agua), y para los más afortunados, una galleta con algo que se asemeja al queso», reveló otro funcionario, con evidente orgullo.
«Con hambre no hay protesta», aseguran
El objetivo principal de esta jugada gastronómica es simple: distraer las quejas con meriendas.
«Estamos viendo que cuando la gente tiene algo que masticar, protesta menos. Si les damos una meriendita antes de que empiecen las preguntas incómodas, se calman y se distraen, y lo que en otros momentos sería un debate acalorado se convierte en una especie de sobremesa sin café», comentó un sociólogo cercano al gobierno.
El presidente de un CDR en el Vedado, comentó entusiasmado: «La última vez que ofrecimos galleticas, logramos que la asamblea terminara en solo una hora, ¡y sin que nadie preguntara por los apagones!»
La estrategia, que algunos han calificado como «ingeniosa», ha generado expectativa en los barrios, donde muchos vecinos ya están preparando la lista de demandas, mientras otros solo piensan en la promesa del bocadito.
Las meriendas, el nuevo tema de conversación
En varios barrios de La Habana, los vecinos han empezado a especular sobre la calidad de las meriendas.
«Yo solo voy si el bocadito tiene algo más que mortadela», expresó una vecina de Centro Habana, mientras que otro vecino añadió: «Si la mortadela es de la buena, de la que trae más del 10% de carne, hasta podría quedarme a escuchar la rendición de cuentas del delegado».
En las redes sociales, el anuncio también ha causado furor.
«Ahora las asambleas serán más populares que los conciertos», bromeó un usuario de Facebook, mientras que otro sugería: «Si de verdad quieren que la gente participe, deberían ofrecer pollo o una libra de arroz en lugar de bocaditos».
¿Meriendas o soluciones?
Aunque la propuesta de las meriendas ha causado revuelo, la pregunta que queda en el aire es si realmente incentivará la participación o si simplemente será un parche momentáneo.
Mientras tanto, los vecinos de Cuba se preparan para las próximas asambleas, ya no solo con las preguntas sobre el agua, el transporte o la electricidad, sino también con la esperanza de un bocadito que, aunque pequeño, puede ser más que suficiente para calmar las aguas.