El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, confesó su agotamiento tras años repitiendo el mismo discurso en las Naciones Unidas.
Durante su reciente intervención en la Asamblea General de la ONU, Bruno Rodríguez dejó escapar un comentario que sorprendió a propios y extraños: «Uno se cansa de repetir siempre lo mismo».
Tras más de una década de presentar el mismo informe sobre los efectos del embargo, el canciller cubano dio muestras claras de estar harto de recitar el mismo guion año tras año.
“Es que ya ni sé si lo dije el año pasado o en 2015. Todo se vuelve una nube de palabras que terminan igual: con nadie haciendo nada”, dijo en una conversación informal con colegas tras el discurso.
El eterno retorno de las sanciones.
Rodríguez, conocido por su capacidad para aguantar largos monólogos sobre el embargo, reconoció en su intervención que cada vez es más difícil sonar convincente.
“El bloqueo sigue ahí, pero yo ya no sé cómo decirlo de forma original”, comentó con tono resignado. «Es como si viviéramos un ‘Día de la Marmota’ diplomático, cada septiembre, lo mismo: bloqueo, injusticia, resolución.»
Llamado a la innovación discursiva
El ministro sugirió la necesidad de innovar en su discurso o, como él mismo dijo, “meterle un poco de salsa para que la cosa fluya mejor”.
Propuso incluir referencias actuales como el cambio climático o la inteligencia artificial para captar la atención de los presentes.
«Aunque sé que al final del día, solo a la prensa cubana le importa lo que digo», añadió con una media sonrisa.
Varios diplomáticos presentes coincidieron en que la falta de variación en el discurso cubano es notable. “A veces parece que estamos en un bucle del tiempo”, comentó un embajador anónimo.
«Ya lo he dicho mil veces»
Bruno cerró su discurso con un comentario casi inaudible para muchos, pero captado por los micrófonos de la sala: “Ya lo he dicho mil veces, el bloqueo es injusto… pero, bueno, nos vemos el año que viene”.