Buena Fe confundió el barrio Mónaco de La Habana con el principado europeo.
La banda cubana Buena Fe se presentó este fin de semana en el barrio habanero de Mónaco, en el municipio Diez de Octubre, creyendo que se viajarían al lujoso principado europeo.
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El concierto, que originalmente prometía ser una noche de lujo y glamour, terminó siendo un evento para los vecinos del Mónaco habanero.
Una confusión de coordenadas: Del Mediterráneo al Caribe
Todo comenzó cuando la agrupación recibió una invitación para tocar en “Mónaco”.
Sin prestar demasiada atención a los detalles, Buena Fe asumió que habían sido contratados para un evento exclusivo en el famoso principado europeo.
«La verdad es que no recibimos muchas explicaciones y asumimos que finalmente íbamos a actuar para la élite europea. Tenemos ganas de hacer una gira de verdad», confesó Israel Rojas, vocalista del grupo, mientras aún se reía de la confusión. «Nos imaginamos ya con una copa de champagne en la mano, mirando el Mediterráneo… pero bueno, nos encontramos con otra realidad».
El día del evento, la banda y su equipo se subieron a un autobús sin notar que este tomaba la ruta habitual por la Avenida de Vía Blanca en lugar de dirigirse al Aeropuerto Internacional José Martí.
Fue solo al cruzar la calle Mayía Rodríguez que empezaron a notar que algo no cuadraba: no había rastro de yates, casinos de lujo, ni el famoso Gran Premio de Fórmula 1.
La llegada triunfal… y el gran despertar
Cuando el autobús se detuvo frente al parque del barrio Mónaco, la banda se dio cuenta de que aquello no tenía nada que ver con lo que habían imaginado.
En lugar de bajarse en la alfombra roja, se encontraron con una multitud de vecinos de Diez de Octubre, quienes, aunque sorprendidos, no tardaron en darles una cálida bienvenida.
«Al principio no entendíamos nada, hasta que vimos la icónica pizzería Mónaco, y todo comenzó a tener sentido», explicó Yoel Martínez, guitarrista de la banda. «Nos dimos cuenta de que habíamos cambiado las luces de la Riviera Francesa por las farolas de La Habana, y la verdad es que fue un cambio interesante».
Un concierto inesperado, pero memorable
Lejos de sentirse desanimados, Buena Fe decidió convertir el error en una experiencia inolvidable.
A medida que la noticia de su presencia en el barrio se esparció como pólvora, decenas de vecinos se acercaron para ver a la banda tocar en un ambiente mucho más íntimo que el que habían anticipado.
«Aquí no tenemos el Mediterráneo, pero sí tenemos un público que sabe disfrutar de buena música», dijo un vecino mientras se acomodaba en el parque.
Una anécdota para recordar
Buena Fe no solo se llevó el cariño de los vecinos de Diez de Octubre, sino también una anécdota para contar en futuras entrevistas.
«Definitivamente, esto nos enseñó a leer mejor las invitaciones y a preguntar más antes de subirnos a un autobús», bromeó Yoel Martínez. «Pero no cambiaríamos esta noche por nada. Ahora podemos decir que hemos tocado en el Mónaco… de La Habana».
Para los habitantes del barrio, el evento fue un soplo de aire fresco en medio de la rutina diaria. Y para Buena Fe, fue un recordatorio de que, a veces, las mejores experiencias vienen de los lugares más inesperados.
Eso sí, la próxima vez que reciban una invitación para tocar en alguna locación con un nombre exótico, se asegurarán de revisar dos veces si necesitan pasaporte… o si les basta con una botella de ron cubano.