Campesino matancero dona plátano fongo y causa revuelo en La Habana

Un campesino de Matanzas, identificado como Julio, se covirtió en noticia nacional tras realizar un gesto de solidaridad que ha sido calificado como “tan noble como insuficiente”.

Julio donó una mano de plátano fongo a un hogar de niños sin amparo filial en La Habana. Sin embargo, la directora del centro, visiblemente agradecida, reconoció que el aporte, aunque valioso, no alcanzaría para alimentar a las decenas de niños bajo su cuidado.

¿Un plato innovador en camino?

Para aprovechar al máximo la donación, la directora recurrió a una estrategia peculiar: investigar en internet cómo darle un uso más creativo a los plátanos.

Fue entonces cuando se topó con un video viral de una cubana que aseguró que con la cáscara del fongo se podía preparar una variante de ropa vieja, un plato tradicional cubano que combina carne desmechada con una base de vegetales y especias.

“Vamos a intentarlo, pero solo tenemos la cáscara. Nos faltan casi todos los demás ingredientes: ni carne, ni pimientos, ni ajo. Pero eso no nos detiene, porque aquí se vive de la inventiva”, comentó la directora mientras supervisaba los primeros intentos del peculiar experimento culinario.

El desafío del combustible

El campesino, al enterarse de las limitaciones del hogar, expresó su deseo de llevar más plátanos en el futuro.

Sin embargo, mencionó un gran obstáculo: la falta de combustible. Según explicó, la asignación de diésel que recibe apenas le alcanza para trabajar su finca, y los viajes a la capital consumen demasiado.

“Quisiera poder donar más, pero esto es lo que hay. Entre los apagones, la falta de transporte y lo caro que está todo, llegar hasta La Habana es una odisea”, dijo Ismael mientras ajustaba su viejo tractor.

El ingenio cubano en acción

Mientras tanto, los niños y el personal del hogar se mostraron optimistas, y algunos bromearon sobre las posibilidades de la receta.

“Si la ropa vieja de fongo sabe bien, quizás la patentemos como una nueva especialidad culinaria”, comentó una de las cocineras entre risas.

En redes sociales, la historia ya ha comenzado a generar reacciones. Mientras algunos elogian el esfuerzo del campesino y el ingenio del hogar, otros critican la situación como una muestra de la crisis alimentaria en el país.

Un gesto simbólico

Aunque la mano de plátano no resolverá los problemas del hogar, el gesto de Julio, a quien llaman ahora cariñosamente “El Fonguero” ha puesto de relieve la solidaridad que aún persiste en medio de las dificultades.

Por ahora, todos en el hogar están a la espera de los resultados del experimento con la cáscara de fongo. Si tiene éxito, no solo podrían tener un plato para las fiestas de fin de año, sino también un ejemplo más del ingenio revolucionario que transforma carencias en oportunidades.

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