MADRID– Cubanos de diferentes generaciones se reunieron en El Vedado, La Habana, para evitar el derrumbe de un muro.

El exespía Gerardo Hernándes Nordelo, coordinador de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), convocó a los ciudadanos, que no dudaron en asistir al acto de patriotismo.

«No podemos dejar que se caiga este muro, porque nuestros enemigos dicen que La Habana está hecha pedazos. Si resistimos creativmente, podremos evitar su desplome»; aseguró el exespía durante una charla con la prensa nacional.

El muro, en Paseo y 21, lleva años calificado de crítico por los arquitectos de la comunidad, pero este fin de semana pusieron fin a su agonía con un apuntalamiento humano.

«Si se cae el muro, los enemigos yankis querrán decir que es por nuestra culpa. Pero ahora, con todas estas manos, vamos a sujetarlo tan fuerte, que primero se secará el malecón», celebró Hernández Nordelo.

Ana Belkis Parada, de la Dirección Municipal de Vivienda en el Vedado, dijo que en el territorio no cuentan con los materiales necesarios parra arreglar el muro; por tanto pidieron ayuda a los CDR para evitar una tragedia.

«Todo el cemento, la arena y otros materiales, fueron destindos a la Torre de K, porque ahora mismo es más importante la construcción del hotel que estar reparando muros o edificios viejos», sentenció Parada.

La funcionaria agregó que así los enemigos del país no tendrán argumentos para decir que los CDR no hacen nada en Cuba.

«Con sus manos evitan que se desplome. Es un gesto no solo hermoso, sino patriótico», señaló.

Esteban Molina, uno de los jóvenes cederistas que se ofreció para aguantar el muro, comparó la iniciativa con el asalto al Moncada o el desembarco del Granma.

«Cada joven revolucionario hace lo que su tiempo le exige, y a nosotros nos ha tocado aguantar esta pared y para ello estoy dispuesto a entrega mi vida», acotó.

Marianela Aguada, jubilada y militante del partido comunista, también asistió al llamado de los CDR y dijo que con ese muro no va a pasar lo mismo que con el de Berlín.

«El de Alemania lo derribó la gente que no quería mas socialismo, este lo aguantamos nosotros porque sabemos que el socialismo es el único sistema que podrá garantizar la existencia los logros que disfrutamos», reveló.

Por el momento, al menos 100 personas han aguantado unas 48 horas frente al muro, aunque se han ido rotando para merendar, una vez que trajeron los bocaditos de jamonada y refresco Zuko.

«Este muro no se va a caer. No lo permitiremos», exclamaron en coro.