Ginebra – En una inesperada y desconcertante sesión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la delegación cubana, encabezada por Marta Elena Feito, ministra de Trabajo y Seguridad Social, y Ulises Guilarte, secretario de la Central de Trabajadores de Cuba, olvidó mencionar los problemas laborales de su país.
En lugar de ello, la delegación dedicó su tiempo a abordar una amplia gama de temas internacionales, desde la crisis medioambiental hasta el conflicto entre Israel y Palestina.
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Feito comenzó su intervención con un emotivo discurso sobre la importancia de la paz mundial y la urgente necesidad de resolver el conflicto israelí-palestino.
«El mundo no puede seguir ignorando las penurias de los pueblos en conflicto», proclamó, mientras los delegados esperaban alguna referencia a los problemas de los trabajadores cubanos.
Guilarte, continuando con la línea de su colega, subrayó la relevancia de la solidaridad internacional en tiempos de crisis, instando a la comunidad mundial a apoyar a las naciones afectadas por conflictos bélicos.
«La paz es el fundamento para un desarrollo sostenible y justo», afirmó, sin mencionar en absoluto las condiciones laborales en Cuba.
Cuando se les preguntó específicamente sobre los salarios y los derechos laborales en su país, Feito respondió destacando la necesidad de enfrentar el cambio climático.
«Las catástrofes medioambientales afectan a todos los trabajadores del mundo», comentó, desviando la conversación hacia la importancia de proteger la biodiversidad.
La sorpresa entre los asistentes fue palpable.
“Estamos aquí para hablar sobre trabajo y seguridad social, no para resolver todos los problemas del mundo”, comentó un delegado visiblemente confundido.
La frustración aumentó cuando Guilarte, interrogado sobre la situación de los sindicatos en Cuba, optó por hablar sobre la importancia de la diplomacia internacional para resolver el conflicto en Oriente Medio.
En una rueda de prensa posterior, Feito y Guilarte defendieron su enfoque, argumentando que los problemas laborales en Cuba estaban «intrínsecamente conectados» con las crisis globales.
“No podemos hablar de derechos laborales sin mencionar la paz mundial y la protección del medio ambiente”, explicó Guilarte, con un tono didáctico.
La sesión terminó con la delegación cubana proponiendo una resolución para la protección de las especies en peligro de extinción, dejando a los presentes perplejos y sin respuestas sobre los temas laborales en Cuba.
“Esperábamos un informe detallado sobre las condiciones en la isla, no una clase de geopolítica y ecología”, murmuró un asistente.
Así, la delegación cubana abandonó Ginebra dejando a todos con la impresión de que los problemas domésticos seguirán siendo un misterio, ocultos tras una cortina de discursos sobre paz y medio ambiente.