Quedó cautivado por propuestas chinas futuristas que prometen resolver la crisis energética de Cuba.
Durante la tercera edición de la feria de energías renovables en Pabexpo, Díaz-Canel recibió una detallada explicación de un proyecto chino que, según expertos, no solo le pintó un panorama energético idílico, sino que además parece haberlo dejado más que convencido.
Mientras escuchaba atentamente con el brazo en cabestrillo, el mandatario se sumergió en lo que muchos ya llaman “el cuento chino de las energías limpias”.
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El cuento chino: Energía renovable para una Cuba renovada
En medio de un pabellón lleno de maquetas, luces LED y sonrisas bien ensayadas, Díaz-Canel fue abordado por un grupo de representantes chinos que le presentaron una propuesta que, en palabras simples, sonaba a la solución definitiva de todos los problemas energéticos de la isla.
Entre paneles solares, parques eólicos miniatura y pequeños pandas dibujados en pancartas, los expertos orientales describieron un futuro donde Cuba sería autosuficiente energéticamente gracias a inversiones en tecnologías verdes.
“Mira, presidente, aquí le mostramos cómo en solo 30 días podemos montar un parque solar que resolverá todo”, aseguró uno de los ingenieros mientras señalaba una maqueta brillante.
La mirada de Díaz-Canel se iluminó tanto como los paneles solares del prototipo, imaginando un país lleno de energía limpia y sin apagones.
Un entusiasmo desbordante… pero no del todo fundamentado
Sin embargo, no todos compartieron el entusiasmo presidencial.
Uno de los asesores cercanos al evento, que prefirió no dar su nombre, comentó que “todo sonaba muy bonito, pero lo cierto es que ni en China han logrado algo así tan rápido”.
A pesar de los murmullos entre los asistentes, Díaz-Canel pareció no darse cuenta y continuó asintiendo y preguntando detalles sobre la cantidad de sol necesaria para que el milagroso sistema funcionara.
Mientras el presidente seguía admirando la maqueta y preguntando por los posibles beneficios para la economía cubana, algunos observadores en el recinto empezaron a notar la creciente impaciencia de los funcionarios chinos.
“Están usando los mismos cuentos que usan en cualquier país que no tiene ni para empezar un proyecto como este”, comentó un especialista en energías renovables, “pero parece que Díaz-Canel está en modo turista”.
Una maquetica que lo puede todo
El punto álgido del «cuento» llegó cuando los representantes chinos mostraron una segunda maqueta, esta vez de un aerogenerador flotante que, según explicaron, podría funcionar incluso en los días más nublados.
“Con esta tecnología, Cuba nunca más tendrá que preocuparse por los apagones”, afirmó otro ingeniero.
Díaz-Canel, aún con la mirada incrédula, respondió: “Si este sistema puede generar energía hasta sin viento, entonces es justo lo que necesitamos”.
Los expertos locales no supieron si reír o llorar ante tal comentario.
«Es como si le estuvieran vendiendo magia y él la está comprando», comentó uno de ellos.
Sin embargo, la respuesta de Díaz-Canel fue clara: «Esto es el futuro. Si en China lo hacen, nosotros también podemos».
El aplauso final y las promesas para mañana… o para siempre
El evento culminó con una ronda de aplausos, promesas de cooperación y, por supuesto, más fotos con la maqueta.
Aunque varios expertos cubanos seguían murmurando entre ellos sobre la viabilidad de las propuestas presentadas, Díaz-Canel salió del recinto convencido de que había presenciado un avance histórico para la isla.