El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y su esposa, Lis Cuesta, entregaron una botija mágica a un jubilado cubano, en un acto público que se celebró en La Habana.

El afortunado, un señor de 70 años que decidió permanecer en el anonimato, recibió la botija durante una ceremonia llena de color y música, donde se aseguró que el objeto tiene el poder de conceder deseos.

«Solo tienes que frotarla tres veces y pedir lo que tu corazón desee», declaró Díaz-Canel ante una multitud incrédula.

Los testigos afirman que el primer deseo del jubilado fue «una jubilación digna», deseo que al parecer deberá esperar un poco para que se materialice, aunque la botija le dio a cambio un barril de ron para que el tiempo no se le haga tan largo.

Algunos críticos con el régimen comunista ven el regalo como una estrategia política para ganar popularidad entre las masas.

Desde la entrega de la botija, largas filas se han formado frente a la casa del presidente con la esperanza de recibir su propia botija mágica.

«Estamos considerando seriamente la posibilidad de importar más botijas para satisfacer la demanda», comentó entre risas la primera dama, mientras el presidente asentía con una sonrisa misteriosa.

¿Será este el comienzo de una nueva era de prosperidad para Cuba o simplemente un cuento de hadas moderno?

Solo el tiempo lo dirá, pero por ahora, el jubilado disfruta de su ron, a la espera de una vida sin preocupaciones económicas, gracias a su nueva y mágica amiga, la botija.