Dirigentes cubanos marchan hacia casa de Rebeca Martínez para pedirle ejercicios aerobios que les ayuden a bajar la barriga

Dirigentes cubanos marchan

En un sorprendente despliegue de compromiso revolucionario (y tal vez de autocuidado), un nutrido grupo de dirigentes cubanos marchó por el Malecón habanero con un objetivo claro: llegar a la casa de la famosa instructora de ejercicios aeróbicos, Rebeca Martínez, para solicitarle una rutina que les ayude a reducir esas «barrigas revolucionarias» que han ganado en los últimos años.

La marcha estuvo encabezada nada menos que por el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, acompañado por el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, todos ellos con una necesidad urgente de encontrar una solución física que los mantenga en forma para los largos discursos y eternas reuniones del Partido. A ellos se unieron otros dirigentes, menos obesos, como Meyvis Estévez Echevarría, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, quien, a pesar de estar en excelente forma física, confesó que fue obligada a unirse a la marcha «si quería subir en la escala partidista».

Objetivo: Rebeca Martínez y su magia aeróbica

El destino de este peculiar desfile político-deportivo fue el apartamento de Rebeca Martínez, ubicado en el icónico edificio Someillán, justo frente al Malecón y detrás del Hotel Nacional. La instructora, famosa por sus programas de ejercicios televisivos en décadas pasadas, se ha convertido en la última esperanza para estos altos funcionarios que buscan recuperar su «forma revolucionaria».

Rebeca, quien ha dedicado su vida a mantener a la población cubana en movimiento, no pudo evitar reír al ver a este grupo de poderosos acercarse a su puerta con pancartas de “Abajo la barriga, viva la revolución fitness”. Sin embargo, aseguró estar lista para colaborar con la causa, y les preparó una rutina especial que combina la resistencia de las asambleas del Partido con la agilidad de una coreografía de los años 80.

«Yo también fui de Uds. chicos,» les dijo Rebeca con una sonrisa; y mientras les ofrecía una limonada, les recordó los momentos en que ella y Abrahantes quemaban grasa juntos.

Un alto en la embajada para conectarse al Wifi

El recorrido no fue solo un ejercicio físico, sino mediático, pues luego pasaron por delante de la Embajada de Estados Unidos, momento que aprovecharon los líderes para detenerse brevemente y conectarse al WiFi público.

“Queríamos ver cómo los medios internacionales cubrían nuestra caminata”, explicó Díaz-Canel, mientras ajustaba su gorra para bloquear el sol. Según fuentes anónimas, algunos dirigentes cubanos aprovecharon la oportunidad para descargar las últimas actualizaciones de sus aplicaciones de ejercicios.

Esta marcha, aunque insólita, ha dejado claro que, aunque las dificultades económicas puedan aumentar el tamaño de las barrigas, la voluntad revolucionaria sigue firme. La pregunta que queda es si la ayuda de Rebeca Martínez será suficiente para reducir no solo los kilos de más, sino también el agotamiento que conlleva cargar el peso del país sobre los hombros.

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