MADRID– Los estudiantes de la Escuela Vocacional Lenin, ubicada en la provincia de La Habana, organizaron un festín digno de los dioses para conmemorar el cumpleaños del presidente Miguel Díaz-Canel.

Con una generosidad y creatividad sin igual, los jóvenes demostraron su apoyo y lealtad al líder del país al ofrecerle un banquete de comida tradicional cubana: arroz, frijoles y calabaza.

La fiesta, que tuvo lugar en los terrenos de la escuela, fue planeada meticulosamente por un comité de estudiantes de la FEEM y la UJC, quienes se propusieron hacer de este día una ocasión inolvidable para todos los presentes.

Desde semanas antes, se organizaron equipos de cocina, se recopilaron ingredientes y se elaboraron cuidadosamente los menús, todo con el objetivo de asegurar que el evento fuera un éxito rotundo.

La jornada comenzó con una emotiva ceremonia de apertura, en la que los estudiantes, ataviados con sus uniformes escolares, entonaron el himno nacional con fervor patriótico.

El presidente Díaz-Canel, visiblemente conmovido por el gesto, dirigió unas palabras de agradecimiento y aliento a la joven audiencia, elogiando su dedicación y compromiso con el país.

Luego, llegó el momento más esperado: el banquete.

Los estudiantes se dispusieron a servir en sus bandejas de aluminio el arroz, los frijoles y la calabaza como protagonistas indiscutibles de la comelata.

La comida, preparada con esmero y cariño por los propios estudiantes, recibió elogios unánimes por parte de los invitados, quienes no escatimaron en halagos hacia los cocineros.

«¡Espectacular!», exclamó uno de los asistentes, mientras saboreaba la comida. «Nunca pensé que un simple plato de arroz pudiera ser tan exquisito».

El presidente Díaz-Canel, por su parte, no pudo ocultar su alegría y gratitud al ver el esfuerzo y la dedicación de los estudiantes.

«Este es un verdadero banquete revolucionario», declaró con una sonrisa radiante. «Gracias a todos por hacer de este día un momento tan especial».

La fiesta continuó con música, bailes y juegos, mientras los estudiantes y los invitados compartían risas y buenos momentos en un ambiente de camaradería y alegría.

Hubo discursos de agradecimiento, brindis por la salud y el bienestar del presidente, y la entrega de regalos simbólicos como muestra de aprecio y admiración.

Para los estudiantes de la Escuela Vocacional Lenin, este día quedará marcado en sus corazones como un momento de orgullo y satisfacción.

Demostraron que, con con casi nada, pueden lograr grandes cosas y hacer una diferencia positiva en la sociedad.

Y qué mejor manera de celebrar el cumpleaños del líder de la nación que con un festín que refleja la verdadera esencia y tradición de Cuba.

Al final del día, mientras el sol se ponía en el horizonte y la fiesta llegaba a su fin, los estudiantes de La Lenin se despidieron con una sensación de satisfacción y alegría en sus corazones.

Sabían que habían hecho algo especial, algo que trascendería el tiempo y el espacio, algo que demostraba el poder del espíritu cubano y la unión de su gente en torno a una causa común: celebrar la vida y el legado de un gran líder.

Y así, entre risas y abrazos, la fiesta llegó a su fin, dejando atrás recuerdos imborrables y la promesa de un futuro brillante y lleno de esperanza para todos los cubanos.