MADRID – El exespía cubano Gerardo Hernández, conocido por su rol en la Red Avispa, lanzó una convocatoria peculiar: formar un Destacamento de Vigilancia Revolucionaria compuesto exclusivamente por ancianos comunistas.

La iniciativa, anunciada en un evento público en la plaza central de Encrucijada, pretende aprovechar la experiencia y sabiduría de la tercera edad para fortalecer la seguridad y el orden en los barrios.

Hernández presentó la idea con entusiasmo, asegurando que los ancianos comunistas son «el recurso subestimado que la Revolución necesita para mantener la vigilancia constante y la moral alta».

«Nuestros queridos compañeros de la tercera edad han demostrado una lealtad inquebrantable a los principios de la Revolución», afirmó Hernández frente a un público que lo aplaudía y vitoreaba. «Su conocimiento del barrio, su memoria histórica y su capacidad para detectar cualquier señal de contrarrevolución son herramientas poderosas que no podemos desaprovechar».

El plan contempla la creación de patrullas de vigilancia que recorrerán las calles en turnos rotativos, asegurándose de que no haya actividades sospechosas ni comportamiento contrarrevolucionario.

Los ancianos serán equipados con bastones de alta tecnología que incluyen cámaras ocultas, botones de pánico y sistemas de comunicación directa con las autoridades. Además, recibirán formación en técnicas de observación y reportes detallados.

El anuncio ha provocado una ola de reacciones diversas.

Mientras que algunos ven la propuesta como una ingeniosa manera de involucrar a los mayores en la vida comunitaria, otros no han podido evitar la burla.

En las redes sociales, el hashtag #AbuelosRevolucionarios se ha vuelto tendencia, acompañado de memes y comentarios sarcásticos.

«Ahora sí, los enemigos de la Revolución temblarán al ver a nuestros abuelos armados con bastones de última generación», escribió un usuario en X, mientras otro comentó: «La nueva versión de Los Vengadores: Los Guardianes de Encrucijada».

No obstante, muchos ancianos han recibido la convocatoria con entusiasmo.

Esperanza Pérez, de 78 años, y militante comunista de toda la vida, expresó su emoción: «Es una oportunidad maravillosa para sentirnos útiles y seguir contribuyendo a la Revolución. Además, siempre es bueno tener algo que hacer para mantenernos activos y vigilantes».

En respuesta a las críticas, Hernández defendió su iniciativa con firmeza: «Esto no es una broma. Nuestros mayores tienen un valor incalculable y su participación es crucial. Además, ¿quién más podría detectar mejor a los elementos subversivos que los que han vivido toda la historia de nuestra Revolución?».

Mientras tanto, en Encrucijada, los ancianos comunistas comienzan a organizarse, listos para salir a las calles y demostrar que la Revolución sigue viva en cada rincón, incluso en las manos de aquellos que han vivido sus días más gloriosos.

La iniciativa de Gerardo Hernández ha dejado claro que la creatividad revolucionaria no tiene límites, y que, en la lucha constante por defender sus ideales, cada miembro de la sociedad, sin importar su edad, tiene un papel importante que jugar.