Frei Betto celebra 80 Años con un pastel de moringa y cáscara

Frei Betto

Frei Betto, el defensor inquebrantable del comunismo cubano, cumple 80 años con moringa y cáscara.

El reconocido teólogo brasileño Frei Betto, conocido por su férrea defensa del comunismo cubano, llegó a los 80 años, y lo celebró de una manera muy especial.

Los festejos se llevaron a cabo en un modesto centro comunitario, donde los invitados fueron recibidos con café mezclado con chícharo y murales de Fidel Castro.

El momento más esperado fue el corte de un pastel hecho de moringa y cáscara de plátano, superalimentos que Betto describió como “difícil de digerir, pero que nutren el alma”.

Algunos asistentes no pudieron evitar notar la analogía con las doctrinas que Frei Betto ha defendido durante toda su vida.

El punto culminante del evento fue la conferencia titulada “Cómo justificar lo injustificable: Una guía práctica para defensores del comunismo cubano”, en la que Betto explicó su habilidad para transformar la escasez en virtud y la represión en disciplina.

“Con suficiente fe, todo, incluso lo más absurdo, puede ser justificado”, declaró.

Agradecimientos y karaoke revolucionario: Un cierre inolvidable

Los dirigentes cubanos presentes no dejaron pasar la oportunidad de agradecer a Frei Betto por sus invaluables servicios a la revolución.

Entre bromas y discursos, destacaron cómo Betto es fundamental para darle un barniz ético a las decisiones más cuestionables del gobierno.

“Nos has enseñado que cualquier sacrificio es válido en nombre de la revolución”, dijo uno de los líderes.

La noche terminó con un karaoke donde se cantaron versiones adaptadas de himnos revolucionarios. Frei Betto, siempre entusiasta, cerró la fiesta entonando “Hasta Siempre, Comandante” ante un público que, entre risas y bostezos, aplaudió su inquebrantable dedicación a la causa.

Frei Betto 80 años justificando lo injustificable

Con 80 años cumplidos, Frei Betto es un maestro en el arte de justificar lo injustificable. Su fiesta de cumpleaños fue una celebración simbólica de su capacidad para transformar cualquier situación en una victoria ideológica.

Mientras algunos dudan si él mismo comienza a cuestionar lo que predica, Betto demostró que, para él, la realidad siempre será una cuestión de interpretación.

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