El presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) se desconectó de la realidad mientras observa plantas de frijol en crecimiento.
Durante una visita que se suponía sería técnica, Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), sorprendió a los presentes cuando se quedó embelesado observando unas matas de frijolque crecían en un huerto de la fábrica de tuberías y piezas HolPlast, en Holguín.
Según testigos, el alto funcionario pasó más de 30 minutos observando las hojas verdes y susurrando frases como «Esto es el futuro de la Revolución» y «Nunca había visto algo tan… majestuoso.»
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Olvidando las tuberías y las prioridades
El objetivo de la visita era evaluar el proceso de fabricación de tuberías que aliviarían los problemas de abastecimiento de agua en varias provincias, pero Antonio se desconectó del recorrido cuando divisó la pequeña plantación de frijoles.
Los trabajadores intentaron devolverlo al itinerario, pero Rodríguez, visiblemente emocionado, no podía apartar la vista de las hojas vibrantes que se mecían suavemente con la brisa.
Uno de los ingenieros comentó: «Le hablábamos sobre el grosor de las tuberías y la capacidad de la fábrica, pero él solo asentía mientras miraba las plantas. Estaba en otro mundo, claramente.»
“Esto es lo que hace falta en Cuba”
Al ser consultado sobre las plantas, Antonio fue más allá y explicó con fervor su nueva visión revolucionaria: «Cuba no necesita más fábricas, necesita más frijoles. Este crecimiento natural es una metáfora de lo que podemos lograr si todos trabajamos como la madre naturaleza: en silencio y con paciencia.»
A su regreso a La Habana, se dice que Rodríguez propuso la creación de una «Comisión Nacional para el Estudio del Crecimiento Vegetal» con un plan quinquenal que incorporaría visitas obligatorias a parques y jardines para todos los funcionarios.
«Debemos aprender de estas plantas: resistencia, silencio y crecimiento lento pero seguro,» afirmó en una reunión posterior.
Desconcierto en la fábrica
Mientras tanto, en la fábrica de HolPlast, la visita del presidente del INRH dejó más preguntas que respuestas.
Los directivos siguen sin entender cómo pasaron de discutir estrategias de infraestructura a escuchar discursos inspirados en la botánica.
“Nos dijeron que esta visita era clave para solucionar el problema del agua en el oriente del país, pero terminó siendo un sermón sobre plantas. Estamos un poco confundidos, la verdad,” confesó uno de los gerentes.
Aunque los frijoles siguen creciendo en la esquina de la fábrica, los trabajadores todavía esperan que algún día las tuberías también comiencen a producirse a un ritmo que corresponda con las necesidades de la población.
Por ahora, lo único que florece es la fascinación de Antonio Rodríguez por el mundo vegetal.