Los presentes se quedaron sin palabras al ver el equipo instalado.
Un generador eléctrico de considerable tamaño, donado por el gobierno chino, fue el protagonista inesperado de una importante reunión en la capital cubana.
Situado en un lugar preferencial, el equipo eclipsó a los asistentes mientras observaban su imponente presencia con admiración y esperanza.
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El generador, cuya donación fue celebrada con un acto oficial, parecía ser el principal orador de la jornada.
Funcionarios locales, miembros del Partido Comunista y diplomáticos chinos presenciaron el evento, aunque la atención claramente se concentraba en el motor de gran tamaño.
«Es un honor estar en presencia de este magnífico equipo», comentó un asistente, quien señaló que el generador representaba un paso más hacia la solución de los problemas energéticos que azotan la isla.
«Ojalá también resuelva el apagón de ideas que tenemos en algunas oficinas,» bromeó otro participante.
La maquinaria fue presentada como un símbolo de la estrecha colaboración entre China y Cuba, aunque varios espectadores no pudieron evitar notar que el generador parecía «más vivo» que algunos de los oradores.
«Al menos este sí tiene energía,» susurró alguien desde el fondo, provocando algunas risas contenidas entre los asistentes.
Con la esperanza de que el generador no solo ilumine calles, sino también los ánimos apagados del país, la reunión concluyó con un aplauso solemne.