El comentario sobre su sabor causó risas y murmuraciones entre los presentes.
En la última jornada festiva por el aniversario de los CDR, en un pequeño barrio habanero, el Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández, asistió como invitado de honor a la preparación de la icónica caldosa, símbolo de las celebraciones barriales.
Sin embargo, lo que debía ser un momento de unión y camaradería terminó con un inesperado giro cuando Hernández, con una sonrisa incómoda, expresó en voz alta: “La caldosa del CDR sabía a tizne”.
La verdad en la olla
A la luz de una fogata improvisada y una olla grande que apenas alcanzaba para el gentío, los cederistas prepararon con esmero la caldosa.
La falta de ingredientes fue suplida, como es habitual, con «ingenio revolucionario», pero el toque final, al parecer, lo dio el humo que impregnó la mezcla, dándole ese peculiar sabor a quemado que, según muchos, es ya una tradición en este tipo de eventos.
Al escuchar el comentario de Gerardo, los vecinos intentaron excusarse, alegando que “las condiciones no eran las mejores” y que “la leña no era de la buena”.
Otros, sin embargo, prefirieron reír y bromear con la situación. “Gerardo, esto es Cuba, el tizne es parte de nuestra sazón”, dijo entre risas un vecino.
Críticas y caldosa de resistencia
El Héroe, siempre dispuesto a compartir entre el pueblo, trató de suavizar la situación asegurando que, más allá del sabor, lo importante era “la unidad y la resistencia del pueblo revolucionario cubano”.
Pero las risas ya habían tomado el control del evento, y algunos vecinos comentaban entre susurros que la caldosa era “tan revolucionaria que ni la llama la podía apagar”.
Para culminar la noche, Hernández agradeció la invitación y el esfuerzo del barrio, aunque no pudo evitar un último chiste.
“ Si la próxima vez traen un poquito más de carne, hasta le pongo mi nombre”, dijo.
Y así, entre risas, tizne y caldosa, el barrio demostró una vez más que, incluso cuando las cosas no salen como se esperan, el humor cubano siempre estará presente.