El gobierno cubano premió a los coleros más destacados, reconociendo su dedicación y trabajo en equipo. Un evento inolvidable en La Habana.
La Habana – El gobierno cubano organizó una gala sorpresa para premiar a los coleros más destacados del país, reconociendo su «dedicación incansable y habilidad para trabajar en equipo».
La ceremonia, que tuvo lugar en el Teatro Karl Marx, contó con la presencia de altos funcionarios del gobierno y una entusiasta audiencia de coleros y sus familias.
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Una nueva categoría de héroes
El Ministerio de Comercio Interior se encargó de abrir la ceremonia con palabras llenas de elogios para este «sector emergente de la economía cubana».
«Hoy reconocemos a esos ciudadanos que, con su sacrificio diario, han mantenido viva la tradición de la cola como un pilar fundamental de nuestra sociedad», declaró el funcionario Mario Portales, mientras los coleros aplaudían emocionados.
La premiación incluyó categorías como «Colero del Año», «Mejor Estrategia de Reventa» y «Cola más Larga».
Los ganadores fueron seleccionados por un comité especial que evaluó no solo la cantidad de horas invertidas en las colas, sino también la capacidad para coordinar con otros coleros y maximizar los beneficios de sus actividades.
Los coleros ganadores de la noche
El premio al «Colero del Año» fue otorgado a René «El Inamovible» Gómez, un veterano colero que ha pasado más tiempo en filas que en su propia casa.
René, conocido por su habilidad para aguantar jornadas de hasta 72 horas sin perder su lugar, subió al escenario entre aplausos para recibir una placa conmemorativa y un certificado de «Patriota del Consumo».
«Este es un reconocimiento a todos los que estamos en la lucha diaria», dijo René con lágrimas en los ojos. «No es fácil, pero es nuestra forma de contribuir al desarrollo del país, garantizando que nadie se quede sin su paquetico de pollo o sin su detergente».
Otro de los grandes momentos de la noche fue la entrega del premio a la «Mejor Estrategia de Reventa», que fue para la familia Pérez, quienes lograron convertir el arte de la cola en un negocio familiar próspero.
La familia, que incluye a abuelos, padres e hijos, se ha especializado en revender productos desde la mismísima época del Período Especial.
«Nosotros siempre hemos sabido cómo sacarle provecho a las necesidades del pueblo», comentó orgulloso el patriarca de la familia, mientras sostenía su trofeo.
Las reacciones del público
La gala fue recibida con una mezcla de asombro y admiración por parte del público.
«Nunca pensé que vería algo así», comentó una espectadora. «Es bonito que se reconozca el esfuerzo de estas personas que, de alguna manera, hacen que la economía siga funcionando. Aunque bueno, a veces también te dan ganas de… en fin, mejor no digo nada».
No obstante, no faltaron las voces críticas que señalaron el carácter paradójico del evento. «Es un poco raro, ¿no? Premiar a gente por algo que, en teoría, es un problema», comentó un joven que prefirió no dar su nombre. «Pero bueno, esto es Cuba, ya no me sorprende nada».
Un mensaje final de optimismo
La gala concluyó con un mensaje de optimismo por parte del presidente del país, quien se dirigió a los coleros con palabras de agradecimiento.
«Ustedes son el ejemplo de la resistencia cubana, el motor invisible que mantiene a nuestro país en marcha. Con su trabajo y su espíritu de sacrificio, demuestran cada día que, pase lo que pase, los cubanos siempre encuentran una solución», aseguró Díaz-Canel.
El presidente también aprovechó la ocasión para anunciar la creación de una nueva Orden de la Cola Socialista, que será otorgada anualmente a los coleros más destacados del país.
Esta nueva distinción incluirá beneficios como prioridad en la asignación de viviendas y acceso exclusivo a colas menos concurridas.
El futuro del colero cubano
La gala dejó claro que, en Cuba, hasta la adversidad puede convertirse en una oportunidad para destacar. Mientras el país enfrenta desafíos económicos y sociales, los coleros encontraron su lugar como una especie de héroes modernos, capaces de transformar la necesidad en un arte.
Al cierre de la ceremonia, la audiencia salió del teatro con una mezcla de orgullo y reflexión, mientras afuera, en las calles, las colas seguían tan largas como siempre.
René Gómez y la familia Pérez ya estaban de vuelta en sus posiciones estratégicas, listos para otro día de trabajo, con sus trofeos bajo el brazo y la satisfacción de haber sido reconocidos como los verdaderos campeones de la cola cubana.