Guille Vilar se ahoga en su propia tinta tras publicar artículo dedicado a Fidel

Guile Vilar en Cuba

La Habana – El priodista, promotor cultural, guionista, crítico musical y director de importantes programas de la radio y la televisión cubanas, Guille Vilar, se vio envuelto en una polémica al publicar en Granma, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, un artículo que, según declaró, no tenía como objetivo alabar a Fidel Castro.

Desde su cuarto/oficina, en La Habana, sentado frente a un destartalado ordenador con Windows XP, Vilar accedió a conversar con Cuba Ridícula, con el objetivo de aclarar la situación y mostrarse avergonzado por tamaña confusión, de la que responsabilizó completamente a los editores del periódico conocido como La Abuelita.

Entrevistador: Guille, gracias por unirte a nosotros hoy. Tu reciente artículo en Granma ha generado bastante revuelo, especialmente considerando que fue publicado el día del cumpleaños de Fidel Castro. ¿Cómo te sentiste al ver ese artículo impreso en una fecha tan simbólica?

Guille Vilar: [con un forzado suspiro] Bueno, si te soy sincero, casi me desmayo al verlo. No todos los días uno tiene el «honor» de que un artículo, que pretendía ser una crítica ligera, termine publicado en un día tan «solemne». Creo que si me lo hubieran dicho antes, habría optado por algo menos… comprometido. Pero, ¡qué le vamos a hacer! Así es la vida del periodista.

Entrevistador: ¿Entonces no sabías que saldría justo el día del cumpleaños de Fidel? Porque, vamos, parece casi un acto de sabotaje personal.

Guille Vilar: [riendo incómodamente] Sí, bueno, no tenía ni idea. Yo entregué el artículo y pensé que sería publicado un día cualquiera, sin más. Pero claro, debía haber sospechado algo cuando la redacción me dio tantas palmaditas en la espalda. Resulta que mi artículo terminó siendo el regalo de cumpleaños menos esperado para Fidel. Una verdadera sorpresa, sobre todo para mí.

Entrevistador: Algunos lectores interpretaron tu artículo como un tributo confuso, por no decir desastroso. ¿Eso era lo que pretendías?

Guille Vilar: [sarcástico] Oh, claro, porque ¿qué mejor manera de rendir homenaje que con un texto que se queda en el limbo entre la alabanza y la crítica? Siendo honesto, jamás pensé que alguien pudiera interpretar mi artículo como una oda desentonada. Yo solo intentaba reflexionar un poco, pero parece que el mensaje se perdió entre tanta palabra bien intencionada.

Entrevistador: Para un periodista experimentado como tú, debe haber sido un golpe fuerte ver que la gente pensara que habías perdido el rumbo. ¿Qué pasó?

Guille Vilar: [sonríe irónicamente] Bueno, parece que subestimé mi propia habilidad para meter la pata. Quería hacer una crítica constructiva, pero terminó siendo más bien un desastre constructivo. Me sentí como un músico desafinando en medio de un concierto en honor al Maestro. Y todo eso, claro, en la fecha más icónica posible.

Entrevistador: ¿Y qué te pasó por la cabeza cuando te diste cuenta de que el artículo salió el día del cumpleaños de Fidel?

Guille Vilar: Fue como si una tonelada de ladrillos cayera sobre mí… o mejor dicho, como si me dieran una de esas «medallas» de calamina que tanto circulan por ahí. Me imaginé a todos esos lectores, con sus copias de Granma, pensando que me había vuelto loco o peor, que estaba intentando ser demasiado listo para mi propio bien. No hay nada como arruinar la atmósfera de una celebración con un comentario malinterpretado.

Entrevistador: Parece que fue un día difícil. ¿Cómo crees que lo recibiría Fidel, si hubiera leído tu artículo en ese contexto?

Guille Vilar: [riéndose a carcajadas] ¡Oh, no quiero ni imaginarlo! Me veo ya exiliado a una choza de tablas de palma, reflexionando sobre mis errores periodísticos. Estoy seguro de que habría encontrado algo irónico en todo esto, pero no sé si con la misma risa que yo tengo ahora.

Entrevistador: En retrospectiva, ¿qué has aprendido de esta experiencia? Porque, vamos, debe haber una lección aquí, ¿no?

Guille Vilar: [con una sonrisa sarcástica] Bueno, aprendí que tal vez debería elegir mejor mis fechas… y mis temas. Y que, por supuesto, nunca hay que subestimar el poder de la edición, ni los peligros de intentar ser demasiado ingenioso. Pero, sobre todo, aprendí que si voy a publicar algo el día del cumpleaños de Fidel, mejor me aseguro de que no se preste a confusión. ¡Al menos esta vez puedo decir que he dejado mi huella, aunque no sea la que quería!

Entrevistador: Gracias, Guille, por tu tiempo y por ser tan… filosófico sobre todo esto. No todos los días se aprende a marchas forzadas cómo no ser un genio incomprendido.

Guille Vilar: [encogiéndose de hombros] Bueno, al menos si hay un próximo artículo, sabré cómo hacerlo memorable, aunque espero que esta vez por las razones correctas.La Habana_

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