Incluso asegura que le devolverá el tiempo perdido a Raulito Soublet
El destacado activista y luchador por los derechos de los cubanos, Héctor Luis Valdés Cocho, quien en estos momentos enfrenta acusaciones de presunta estafa, aseguró a CubaRidícula esta mañana que, tal y como publicó en su perfil de Facebook en una especie de «mea culpa», devolverá cada centavo de los préstamos recibidos a los afectados.
«La gente ha estado diciendo que pedí dinero a nombre de ‘LA CAUSA’. Eso nunca sucedió», declaró, dejando en el aire si realmente no pidió dinero para una causa o si no existía causa alguna más allá de sus propias necesidades financieras, incluidas las del Toyota del año que adquirió en su momento de mayor esplendor, cuando vivía en una casa con piscina en Coral Gables.
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Según ha podido investigar este medio, la lista de afectados es extensa, con montos que van desde cuatro pesos hasta miles de dólares. Entre las víctimas figuran activistas y periodistas conocidos, como Camila Acosta y Mario Pentón, a quienes les pidió $200 y $300 dólares, respectivamente, así como personas que apenas le dieron un «like» en redes sociales y rápidamente recibieron la propuesta indecente de un préstamo.
Otra de las afectadas fue Liu Santiesteban, a quien le raspó el dinero que ella tenía destinado para comprarse una chaqueta DESIGUAL. La influencer dijo estar dolida, no tanto por el préstamo no devuelto, sino porque se quedó sin chaqueta.
Cocho reconoce sus errores, bendijo a aquellos que no le prestaron nada a pesar de sus súplicas y admite que todas fueron «malas decisiones». Una racha que al parecer, según las denuncias vistas en la red social de Facebook, se prolongó por cuatro años, tiempo en el que pidió dinero a diestra y siniestra; momentos en los que necesitaba fondos tanto para conseguir un panteón y enterrar a un fallecido como para sobornar a un funcionario que autorizaría la posterior exhumación del mismo muerto.
“A mí me dijo que estaba peor que el Boni, que no podía pagar la renta, y al mes siguiente lo vi con el último iPhone. No le di nada, porque yo soy más del team Samsung”, comentó Cristina Alvarado, quien no fue afectada por la presunta estafa pero estuvo cerca de serlo.
Cristina envió fotos, incluso, del chat pedigüeño, además de una foto de un cartel de EVICTION presuntamente recibido por Cocho, en la que la dirección que puede leerse corresponde a La Pequeña Habana y está a nombre de otra persona.
Esteban Rodríguez, su gran amigo, se limitó a decir que ahora es que ha comprendido porqué la travesía de ambos fue tan azarosa desde el principio y llena de dificultade$.
Otros afectados
Mauricio Mendoza, una de las mejores plumas del periodismo cubano actual, también estuvo a punto de caer en lo de la prestadera, aunque, como aclaró Frank Eduardo Padrón Nodarse, «no tenía ni donde caerse muerto» y por eso no le dio nada a Cocho.
Cocho pidió a este redactor que evitara mencionar nombres y afirmó que todo estaba anotado en una libreta que, según dijo, se le perdió en una de sus mudanzas.
“No he olvidado nada. Devolveré hasta el dinero de la ponina que organizó Mabel Cuesta para que yo pudiera llegar a los Estados Unidos. Hasta le devolveré a mis seguidores de cuando trabajaba en ADN, las jabitas de comida que me mandaban cuando era perseguido en las calles”, indicó.
“Estoy tan arrepentido de todo, que incluso pienso devolverle a Raulito Soublet el tiempo perdido que pasó a mi lado”, añadió finalmente.
Como suele suceder, “a río revuelto…”. En este embrollo ha aparecido gente que incluso le reclama a Cocho 5 CUC que le dieron para que se tomara un par de cervezas en la Fábrica de Arte. Otros, temerosos de la promesa de Cocho de revelar chats íntimos, han decidido borrar sus conversaciones.
Cocho aseguró que, gracias al apoyo y la psicoterapia en forma de apoyo que ha recibido de personas como Saily de Amarillo, superará esta etapa mientras se enfoca en aprender inglés para evitar incidentes como el que sufrió recientemente mientras trabajaba en Doordash.
«Voy a devolver cada centavo. Eso ténganlo por seguro; pero denme un tiempo para recuperarme. Tengo que empezar a pedirle dinero a otros para pagar las deudas,» concluyó.