Industria cubana: Mucha política, poca producción

Avances industriales en Cuba, sin productos ni fechas.

Las autoridades cubanas destacaron en una reciente Mesa Redonda que la clave del futuro está en aprovechar las “capacidades industriales instaladas”, un concepto misterioso para quienes solo ven fábricas oxidadas y obreros sin materiales.

El ministro cubano de Industrias, Eloy Álvarez Martínez, dejó a la audiencia más confundida que inspirada.

Aunque no mencionó directamente los logros tangibles (o al menos visibles a simple vista), resaltó la necesidad de integrar la ciencia y la tecnología, algo que parece más un sueño que una realidad, cuando las máquinas de escribir siguen siendo herramientas básicas en algunas oficinas.

La ciencia en los televisores de los 80

Al mencionar que la “innovación” es fundamental para la política industrial, muchos cubanos se preguntaron si eso significa más televisores en blanco y negro o, quizás, una nueva línea de radios de válvulas.

Los funcionarios, sin especificar fechas, aseguraron que los proyectos avanzan. Eso sí, avanzan como un almendrón: lento, con humo y parando cada 50 metros.

Opiniones de cubanos

“Es como cuando te prometen un pan caliente, pero luego te lo venden congelado y sin harina”, comentó Rogelio Cuza, un obrero jubilado que trabajó en una fábrica de cemento que cerró en los 90.

“Yo lo que quiero es ver un bombillo LED, aunque sea uno” dijo Maritza Castillo, quien recuerda con nostalgia la última vez que vio un refrigerador soviético funcionando.

“Nos hablan de ciencia y tecnología, pero el único avance que veo es el invento del cubano de a pie”, expresó con sarcasmo el joven ingeniero Iván González, tras ver el video de la conferencia.

Apuesta por el futuro: Esperando lo inesperado

Aunque no se mencionaron cifras ni plazos, el ministro Álvarez mantuvo el optimismo, insistiendo en que “el camino está trazado”, aunque se olvidaron de señalar cuántos baches tiene o si hay recursos para asfaltarlo.

Como suele ser costumbre, el final de la Mesa Redonda dejó más dudas que respuestas, y los cubanos, entre resignados y divertidos, siguen esperando por el milagro de la producción industrial cubana.

Promesas… como siempre

Con más palabras que hechos, la política industrial cubana sigue siendo una obra maestra de la retórica.

Mientras tanto, el cubano de a pie seguirá viendo el futuro en el espejo retrovisor, preguntándose cuándo podrá ver esa tan anunciada “industria 4.0” que, por ahora, parece estar tan lejos como los productos de las tiendas.

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