MADRID– El primer ministro Manuel Marrero se quedó deslumbrado ante el nuevo logro de la agricultura revolucionaria cubana y su prodigioso cultivo de microplátanos.

La hazaña ocurrió en la granja de los mellizos Lezcano, en Camagüey, y demostró que es posible cultivar la fruta más diminuta y deliciosa que jamás se haya visto.

El encuentro entre los hermanos y Marrero fue un evento lleno de emoción y admiración, que no fue ignorado por la prensa oficial cubana.

Cuando el primer ministro llegó a la pequeña parcela de Pérez, no pudo contener su asombro al ver los diminutos platanitos.

«¡Es simplemente extraordinario!», exclamó Marrero, mientras observaba maravillado los diminutos cultivos de plátanos que apenas alcanzaban a la rodilla.

Para Amancio Pérez, presidente de la ANAP en Camagüey, este logro es el resultado de años de dedicación y trabajo duro.

«Cuando comenzamos a experimentar con el cultivo de microplátanos, muchos pensaron que estaba loco», compartió Pérez con una sonrisa humilde. «Pero nunca perdimos la fe, y ahora aquí estamos, ante el fruto de la perseverancia revolucionaria».

El impacto de este descubrimiento no se limita solo al ámbito nacional.

Expertos agrícolas de todo el mundo expresaron su asombro ante la innovación del Ministerio de la Agricultura.

«Este avance podría revolucionar la industria alimentaria», comentó el renombrado botánico Dr. Alejandro Gutiérrez. «Imagina la posibilidad de cultivar plátanos en espacios reducidos, o incluso en macetas. Es simplemente fascinante».

La noticia del microplátano desató una ola de entusiasmo en todo el país. Las redes sociales se inundaron de fotos y mensajes de apoyo para el gobierno comunista, con muchos calificándolo como un verdadero éxito del comunismo.

Incluso se ha propuesto que el microplatano sea declarado el símbolo nacional de Cuba en reconocimiento a este hito histórico.

Por su parte, el primer ministro Manuel Marrero anunció planes para apoyar y promover aún más la investigación y el desarrollo en el campo agrícola.

«Este es un momento emocionante para Cuba», declaró Marrero ante la prensa. «El ingenio y la creatividad de nuestro pueblo son ilimitados, y estoy comprometido a asegurar que tengan todas las herramientas y recursos necesarios para alcanzar su máximo potencial».

En medio de la celebración y el optimismo, los hermanos Lezcano continúan trabajando en su pequeña parcela, con la misma humildad y determinación que lo caracterizan.

Para ellos, el verdadero premio no es el reconocimiento o la fama, sino la satisfacción de haber demostrado que los sueños más audaces pueden hacerse realidad con perseverancia y dedicación.