Un puesto de viandas en un mercado cubano local rindió homenaje a Fidel Castro de una manera poco convencional: con una ofrenda de productos del agro.
El retrato del líder comunista cubano, ligeramente desgastado por el tiempo y las condiciones del clima, fue colocado en el centro de la escena, rodeado de plátanos, boniatos y una calabaza, como si se tratara de un altar improvisado.
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Los vendedores, visiblemente orgullosos, destacaron que este gesto era una forma de “mantener viva la revolución” y recordar que, a pesar de las dificultades, el pueblo cubano sigue adelante, aunque sea con un boniato en la mano.
“Fidel siempre hablaba de la importancia de la agricultura. Aquí le dedicamos nuestra mejor producción. ¡Mira ese boniato, comandante, con cariño para ti!”, exclamó uno de los comerciantes mientras acomodaba los plátanos a los pies del retrato.
Entre los clientes, las opiniones variaban.
Algunos veían en la escena un acto de profundo respeto, mientras que otros no podían evitar preguntarse si el homenaje incluía una petición para que las viandas no se desaparecieran del mercado, como ha ocurrido con tantos otros productos.
“No sé si Fidel puede ayudarnos con la escasez, pero al menos aquí hay calabaza”, comentó una señora con resignación.
El improvisado altar también llamó la atención de los transeúntes, quienes se detenían, algunos para rendir homenaje y otros para sacar fotos del insólito acto de devoción.
Como siempre en Cuba, la figura del Comandante sigue presente, ahora también en las tarimas del mercado, vigilando que, al menos, no falte la yuca.