La trabajadora del turismo vivió una amarga experiencia cuando nadie se acercó a su mesa para conocer “las bondades del turismo en Cuba” durante un evento en Moscú.
Una promotora de la cadena Cubanacán, asignada a un evento turístico en Moscú, se encontró ante una situación desoladora: ni una sola persona se acercó a su mesa para preguntar por los paquetes turísticos de Cuba.
Vestida con su mejor traje, esperaba una avalancha de interesados que jamás llegó.
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“Nadie se asomó, ni para pedir folletos, ni para ver las fotos. Fue como si no existiera”, confesó, mientras desmontaba su estand.
Las bondades ignoradas
El evento, que pretendía destacar “las bondades del turismo en Cuba”, terminó siendo una jornada sin interacción.
La promotora, que había preparado detallados folletos y discursos sobre playas paradisíacas y la “calidez” del pueblo cubano, se mostró sorprendida ante la total falta de interés.
“Se habla mucho de la crisis, pero yo no esperaba que fuera tan fuerte. Parece que las ‘bondades’ que vendemos ya no son suficientes”, bromeó.
Un país que no seduce
El fracaso del evento podría estar relacionado con los problemas que actualmente enfrenta el sector turístico cubano: precios altos, carencias de servicios básicos y una oferta que ya no resulta competitiva frente a otros destinos.
“Para que te acerques a la mesa de Cuba tienes que estar muy desesperado o tener un pasaje ya comprado. Lo que es vender el país ahora mismo, está complicado”, comentó un asistente al evento que sí visitó otros stands, pero evitó el cubano.
¿Qué queda para el futuro?
A pesar de la desolación del evento, la promotora de Cubanacán intenta mantener el optimismo.
“Al menos me servirá de experiencia para la próxima vez, si es que hay una próxima vez”, dijo mientras recogía los folletos intactos.
En su cuenta personal de redes sociales, subió una foto del salón vacío con el texto: “Promover turismo en Cuba es como vender hielo en el Polo Norte”.
Entretanto, las autoridades turísticas en Cuba intentan renovar las estrategias para atraer visitantes, aunque, por lo visto, todavía tienen que superar muchos obstáculos antes de que las “bondades” vuelvan a captar la atención del mercado internacional.