Con un comentario irónico, Castro desmintió los rumores sobre su salud, sorprendiendo a los presentes con su característico sentido del humor.
Raúl Castro reapareció en un evento oficial con el presidente de Vietnam, Vo Van Thuong, y lo hizo con una entrada triunfal que dejó a todos los asistentes boquiabiertos.
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Ante las cámaras y tras semanas de especulación sobre su paradero, el exmandatario cubano decidió desmentir los rumores con un comentario inesperado.
“No estaba muerto, estábamos de parranda”, sentenció el exmandatario comunista.
La frase, dicha entre sonrisas y en un tono desenfadado, causó sorpresa entre los presentes, muchos de los cuales no sabían si reír o aplaudir.
Un reencuentro revolucionario
El encuentro con el presidente vietnamita tenía un claro propósito: reforzar los lazos históricos entre ambas naciones, aunque lo que acaparó la atención fue la figura de Raúl, quien parecía más interesado en bromear sobre su prolongada ausencia.
«En esta Revolución nunca nos tomamos vacaciones, pero a veces una parranda entre camaradas se vuelve necesaria», dijo con picardía, provocando risas entre los delegados de ambos países.
Raúl explicó que la reunión había sido para recordar «los viejos tiempos de lucha» y aseguró que, aunque no aparece con frecuencia, sigue atento a los asuntos del país, “pero siempre con una buena taza de café revolucionario en mano”.
Diplomacia con humor cubano
Al ser consultado sobre su salud, Castro respondió con su característico tono sarcástico: “Mis achaques son los mismos de siempre, pero parece que voy a durar más que las reuniones del Partido”.
Vo Van Thuong, visiblemente desconcertado pero sonriente, intentó seguirle la corriente, destacando la importancia de la amistad entre Vietnam y Cuba, mientras Raúl, sin perder el ritmo, continuaba lanzando comentarios irónicos sobre lo «eterno» de las reuniones revolucionarias y la longevidad de los líderes cubanos.
El fin de los rumores
Las redes sociales cubanas y los rumores de pasillo sobre su desaparición fueron el tema central de su intervención no oficial. Raúl aclaró que, aunque no se le ha visto públicamente, «todavía me queda bastante por hacer, incluso si no siempre estoy frente a las cámaras».
Con esto, dejó claro que, aunque los rumores sobre su salud son constantes, su capacidad para aparecer en los momentos clave sigue intacta.
“Estaba aquí, planificando la próxima parranda”, concluyó, antes de volver a centrar la atención en el protocolo diplomático, aunque para entonces, el presidente de Vietnam ya parecía más entretenido por los chistes del veterano líder que por las discusiones oficiales.
Con su particular humor y estilo relajado, Raúl Castro ha demostrado una vez más que sabe cómo desviar la atención de las preocupaciones internas… y de paso, mantener vivo el mito de su resistencia al paso del tiempo.