En un episodio que refleja las difíciles condiciones que enfrenta Cuba en medio de la crisis energética, el vicepresidente Salvador Valdés Mesa no pudo ocultar su pesar al recibir a un visitante extranjero.
Durante el encuentro, que tuvo lugar en medio de apagones continuos, Valdés Mesa lamentó profundamente que lo único que pudiera ofrecer a su invitado fuera un pomo de agua caliente. «Es lo que hay», comentó con una sonrisa forzada, mientras explicaba que la falta de electricidad ha hecho prácticamente imposible mantener algo frío en el país.
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El pomo de agua, que normalmente sería un gesto mínimo de hospitalidad, se convirtió en el centro de la atención durante la reunión.
«Hubiera querido ofrecerle algo más refrescante, pero los apagones han sido implacables», añadió, refiriéndose a los problemas crónicos de la crisis energética que han paralizado el país y afectado, entre otras cosas, el sistema de refrigeración en muchos hogares y oficinas gubernamentales.
A pesar de la incomodidad, Salvador Valdés Mesa aprovechó para destacar los esfuerzos de la Revolución en modernizar algunos sectores, asegurando que «incluso con todas las dificultades, Cuba sigue adelante», y recordó las declaraciones recientes de Díaz-Canel ante la ONU donde aseguró que el sistema energético cubano está fortalecido.
El visitante foráneo, un dirigente de la Federación Rusa, demostró amplio conocimiento de la situación que atraviesa Cuba, y hasta aseguró en un perfecto español saber «a qué sabe el arroz con gorgojos».
«Hemos vivido hambrunas en Rusia. Sufrimos el cerco de San Petesburgo. Nos comimos los unos a los otros. Esa es una experiencia inolvidable y que Uds. están a punto de vivir,» expresó.
Aunque este incidente puede parecer anecdótico, pone de relieve los desafíos cotidianos que enfrentan tanto los cubanos como sus visitantes en medio de la profunda crisis económica y energética que afecta al país