Trabajadores de Copextel descubren fallos telefónicos en hospital de Cárdenas: “Es un milagro que funcione”

La investigación técnica revela que las líneas telefónicas han operado “por obra y gracia” durante años

Un equipo de técnicos de Copextel enviado al Hospital Julio Aristegui Villamil de Cárdenas, provincia de Matanzas, descubrió lo que ellos mismos describieron como “un milagro”: las líneas telefónicas del hospital estaban funcionando, a pesar de un grave deterioro en el sistema de comunicaciones.

“El sistema colapsó, pero aún funciona”

Según informó Manuel Toledo, jefe de brigada de Copextel en Matanzas, el estado de los cables telefónicos del hospital era tan crítico que se hace difícil entender cómo habían estado operativos hasta la fecha.

“Esto no es técnico ni lógico. Estos cables están más enredados que la burocracia en Cuba”, afirmó Toledo mientras mostraba los restos corroídos de lo que alguna vez fue un sistema funcional de comunicaciones.

Los técnicos de Copextel llegaron al hospital a raíz de las múltiples quejas de personal médico que no podía hacer llamadas para coordinar ambulancias, obtener suministros o incluso comunicarse entre departamentos.

Sin embargo, lo que parecía ser un problema menor resultó ser un desafío mucho mayor de lo previsto.

La sorpresa: “Esto es un milagro”

El asombro de los trabajadores fue mayúsculo al descubrir que las líneas seguían funcionando parcialmente, a pesar de que la infraestructura telefónica estaba en condiciones que bordeaban el colapso total.

“La situación era tan precaria que ni siquiera sabemos cómo el hospital mantenía contacto con el Ministerio de Salud. Es un milagro que el sistema no haya colapsado hace años”, explicó uno de los técnicos.

Los cables que conectan las líneas telefónicas al hospital estaban corroídos, expuestos a la intemperie y, en algunas áreas, incluso incrustados en las raíces de los árboles que crecieron alrededor del centro médico.

“Esto no es tecnología, esto es una proeza de la resistencia cubana”, agregó Toledo, quien admitió que nunca había visto algo similar en sus años de servicio.

El hospital como reflejo de un sistema

El director del hospital, Dr. Héctor Cardoso, señaló que la situación es un reflejo de las carencias que enfrenta el sistema de salud pública cubano.

“Llevamos años trabajando con lo que tenemos, y si eso implica rezar para que las líneas telefónicas no fallen, lo hacemos”, comentó Cardoso. “Estamos acostumbrados a operar bajo condiciones difíciles, pero esto supera lo imaginable”.

Según el director, el hospital no ha recibido mantenimiento significativo en el sistema telefónico desde hace más de una década.

“Sabíamos que había problemas, pero no teníamos los recursos ni el personal para abordarlos. Ahora, con esta inspección de Copextel, al menos tenemos un diagnóstico”.

Soluciones parciales, problemas eternos

Los técnicos de Copextel lograron restablecer temporalmente algunas líneas, pero admitieron que el sistema necesita una renovación completa.

Sin embargo, debido a la falta de recursos y equipos especializados, las reparaciones serán parciales y el problema podría reaparecer en cuestión de meses.

“La solución ideal sería cambiar todo el sistema, pero con las restricciones que hay en el país, no podemos asegurar cuándo ni cómo se podrá hacer”, declaró Toledo, añadiendo que mientras tanto, seguirán recurriendo a “soluciones creativas”, como el empalme de cables viejos con material reciclado de otras instalaciones.

Un “milagro” cotidiano

El descubrimiento de los fallos telefónicos en el hospital de Cárdenas es un ejemplo más de cómo las instituciones cubanas logran mantenerse a flote a pesar de la falta de mantenimiento y modernización.

“Vivimos milagros todos los días”, concluyó el Dr. Cardoso, mientras los pacientes continuaban esperando atención médica en una sala con paredes desconchadas y mobiliario gastado. “Si las líneas telefónicas siguen funcionando, quién sabe qué otras maravillas descubriremos en este hospital”.

Por ahora, los trabajadores de Copextel se han convertido en los “héroes técnicos” del día, aplaudidos por mantener la comunicación hospitalaria en pie.

“Hoy descubrimos que, a veces, en Cuba hasta la tecnología necesita una buena dosis de fe”, bromeó uno de los técnicos mientras enrollaba un viejo cable.

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