Una nueva “solución” creativa en tiempos de crisis.
En un insólito intento por mejorar la imagen de La Habana sin realizar grandes inversiones, trabajadores de la Empresa de la Goma, conocida como PoliGom, han comenzado a pintar las calles de la capital cubana con el objetivo de “ocultar fealdades”.
Esta medida, promovida como una iniciativa de embellecimiento urbano, ha desatado una ola de incredulidad entre los habaneros, quienes no pueden evitar preguntarse si el gobierno ha decidido literalmente “maquillar” la realidad.
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Un enfoque original para “el embellecimiento”
PoliGom, una empresa que normalmente se encarga de producir productos derivados del caucho para neumáticos y otros usos industriales, ha sido repentinamente encomendada a embellecer La Habana.
Sin embargo, en vez de trabajar en la reparación de los cráteres que decoran las calles de la ciudad o los edificios en ruinas, los trabajadores han sacado brochas y baldes de pintura para camuflar lo que muchos consideran “invisibilizable”.
“Nos dieron la orden de pintar, así que eso hacemos”, confesó un trabajador que prefirió permanecer en el anonimato. “La idea es cubrir con capas de pintura las grietas del pavimento, las manchas de humedad y hasta algunos grafitis… aunque no tenemos claro cuánto durará la solución bajo el sol y la lluvia”, agregó con una sonrisa irónica mientras pintaba un hueco en el malecón.
Una capa de pintura como solución a décadas de abandono
Este peculiar proyecto, aparentemente ideado por algún funcionario desesperado por maquillar los problemas urbanos, ha sido ampliamente criticado.
Las calles de La Habana, marcadas por décadas de deterioro, huecos del tamaño de pequeñas piscinas y aceras rotas, han sido un testimonio visible de la falta de mantenimiento.
Sin embargo, en lugar de arreglar las causas subyacentes, PoliGom ha optado por lo que algunos ya denominan la “solución de brocha gorda”.
“Están tapando los huecos como quien le pone una curita a una fractura”, comentó un residente del municipio de Centro Habana. “¿Qué va a resolver eso? Hoy lo pintan, mañana se llena de polvo, y seguimos en las mismas”.
La reacción de la población: Entre el asombro y la burla
Las redes sociales no tardaron en estallar con una mezcla de memes, chistes y comentarios sarcásticos sobre la nueva “estrategia”.
En Facebook, los usuarios compartían imágenes de los trabajadores pintando baches gigantes con el hashtag #PintandoElDesastre.
“El próximo paso es pintar la inflación”, bromeó un habanero en Facebook, mientras otro ironizaba: “¡Qué bien! Ahora, si te caes en un hueco, al menos te caes en un hueco pintado de bonito”.
Además de la incredulidad, muchos cubanos no pueden evitar reírse de lo absurdo de la situación.
“Es una metáfora perfecta del país: todo está mal, pero si lo pintas de colores vivos, quizás alguien se crea que está mejorando”, comentó un transeúnte que observaba el proceso de “embellecimiento” en pleno Vedado.
¿Una medida temporal o el inicio de una nueva estrategia de urbanismo?
Aunque desde PoliGom aseguran que la pintura es solo una medida temporal, la realidad es que este enfoque deja muchas preguntas en el aire.
Mientras los cubanos enfrentan problemas serios como la escasez de alimentos, la falta de transporte y el deterioro de la infraestructura, las calles pintadas parecen un intento desesperado por mantener una fachada, sin abordar los problemas profundos que afligen a la capital.
“No hay materiales para arreglar las calles, así que nos dicen que las pintemos”, reconoció otro trabajador de PoliGom. “Nos reímos para no llorar”.
Una capital pintada, pero en ruinas
La medida de PoliGom refleja de manera clara la paradoja de la situación actual en Cuba: un gobierno que opta por soluciones superficiales a problemas profundos.
Mientras se pintan las grietas y baches de La Habana, la realidad que subyace sigue sin resolverse.
Para muchos, la pintura no oculta el hecho de que la ciudad, como el país, está deteriorada hasta los cimientos.