Transporte revela que Lanchita de Regla sin combustible fue una “prueba revolucionaria”

El Ministerio de Transporte de Cuba anunció que la reciente travesía de la Lanchita de Regla sin combustible fue en realidad una “prueba revolucionaria”, destinada a poner a prueba el temple y la “capacidad de adaptación” de los pasajeros.

La embarcación, conocida por ser el transporte cotidiano de miles de habaneros entre el municipio de Regla y la capital, se quedó varada en plena Bahía de La Habana cuando, sorpresivamente, agotó sus reservas de combustible a mitad de trayecto.

Pero, en lugar de considerar el incidente como un simple fallo, las autoridades han decidido enmarcarlo como un éxito en la formación de ciudadanos “resistentes y versátiles”.

“Prueba de temple y patriotismo”

De acuerdo con las autoridades, la prueba consistía en evaluar si los cubanos a bordo serían capaces de mantenerse firmes en la embarcación, resistiendo la tentación de cruzar el Estrecho de la Florida hacia el “otro lado”.

Para agregar emoción, el Ministerio ordenó que el motor fuera apagado justo en el punto medio del trayecto, donde el horizonte ofrece vistas hacia ambos destinos: el Puerto de La Habana y, en la distancia, la dirección norte que conduce a las aguas internacionales.

Un funcionario cercano a la prueba explicó: “Queríamos ver si nuestros pasajeros, que usan la Lanchita diariamente, optarían por atracar en la patria revolucionaria o decidirían ir hacia el imperialismo. Es un ejercicio de confianza y amor a la tierra. ¡Y demostraron ser verdaderos revolucionarios al no lanzarse hacia el mar abierto!”

El viento como aliado inesperado

Según fuentes estatales, la travesía llegó a su fin exitosamente cuando el viento sopló a favor de la embarcación, empujándola de regreso al puerto habanero.

“El viento revolucionario demostró su compromiso con el proceso socialista”, aseguraron las autoridades. “La coincidencia meteorológica ha sido interpretada como una “muestra de respaldo de la madre naturaleza a la revolución”.

Para darle mayor épica al regreso, los pasajeros a bordo ondearon pañuelos en señal de patriotismo.

Aunque algunos testimonios sugieren que estos pañuelos eran, en realidad, peticiones de ayuda, el Ministerio de Transporte los catalogó como “una prueba de que el espíritu revolucionario sigue firme en el cubano, aun en momentos difíciles”.

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