La «oferta del siglo «incluye jabón, detergente y pasta dental por solo 280 pesos y llega a los barrios habaneros para revolucionar la higiene personal… si es que alcanzan.
Los vecinos del municipio Habana del Este se abalanzaron sobre el tan esperado «camión del aseo», que en esta ocasión traía un tesoro digno de los mejores tiempos: jabón, detergente y pasta dental, todo por la módica suma de 280 pesos.
El inusual combo higiénico ha causado sensación en las calles, convirtiendo la venta de productos básicos en el evento más esperado del año.
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El camión, una leyenda urbana hecha realidad
Se había hablado durante semanas de la llegada del famoso camión del aseo, una especie de unicornio del comercio cubano que, cuando aparece, deja una estela de satisfacción y nostalgia.
En los círculos más selectos del barrio, ya se rumoraba que traía «de todo»: desde jabones con olor hasta pasta dental con un vago recuerdo a menta.
“Cuando me dijeron que venía el camión, pensé que era una broma, porque no veía jabón desde que empezó la pandemia”, confesó Margarita, una vecina del reparto Bahía que hizo cola desde las 4 de la mañana, porque “hay que estar lista para la batalla”.
«Oferta insuperable»: el nuevo concepto del lujo
El paquete ofrecido, compuesto por un jabón tamaño «ni grande ni chico», un detergente de misteriosa procedencia y una pasta dental que «en teoría limpia», ha sido descrito por las autoridades como «una oferta insuperable».
La posibilidad de adquirir los tres productos por el módico precio de 280 pesos despertó el fervor de los habaneros, quienes, con lágrimas en los ojos, agradecieron la oportunidad de oler un poco mejor este mes.
“Ya estaba por darme con un cepillo seco, porque la pasta se acabó hace rato”, admitió Joel, un joven que había olvidado cómo era lavarse los dientes con algo más que agua y una esperanza. «Este camión es como la navidad adelantada».
El caos del jabón: una lucha por la supervivencia
A las 8 de la mañana, la cola frente al camión del aseo ya daba la vuelta a la cuadra. A medida que avanzaba la venta, las historias de supervivencia urbana emergían: empujones, gritos y hasta conatos de bronca por conseguir los mejores productos.
«Si no me dan jabón, por lo menos que me den un detergente, ¡aunque sea para perfumarme con eso!», exclamó una señora en la cola, mientras su hija la alentaba a seguir luchando por su lugar.
Los empleados del camión, conocidos por su habilidad para mantener el orden en medio del caos, trataban de calmar a la multitud, pero con poco éxito.
«¡Uno por persona, uno por persona!», gritaban mientras varios vecinos intentaban adquirir doble ración, alegando que “la higiene no es negociable”.
Un hombre incluso llevó a su perro y aseguró que “él también necesita un jabón, porque ya ni el veterinario lo soporta”.
El camión del aseo: un héroe en tiempos de crisis
El impacto social del camión del aseo ha sido enorme. No solo ha proporcionado un alivio temporal a la crisis de productos básicos en La Habana, sino que también ha reforzado el valor de la paciencia entre los vecinos.
Algunos pasaron más de siete horas en la cola, pero con la satisfacción de llevarse a casa un jabón que, en circunstancias normales, podría convertirse en la prenda más codiciada del hogar.
«Lo pongo en el baño o lo guardo para alguna visita especial, ¡todavía no lo sé!», comentó María, una madre de dos niños que ya planea cómo racionar el detergente para hacerlo durar hasta el próximo camión… si es que llega antes de fin de año.