Jefa de la misión diplomática de Cuba en Italia, Mirta Granda, exhibe orgullosa zapaticos que le trajeron desde la isla

En una reunión que prometía abordar temas cruciales sobre la alimentación mundial, la atención de los asistentes fue desviada momentáneamente hacia los llamativos zapatos de la jefa de la misión diplomática cubana en Italia, Mirta Granda, quien no pudo ocultar su orgullo al exhibir los pequeños y relucientes “zapaticos de charol” que le enviaron directamente desde la isla.

La delegación cubana, encabezada por el viceprimer ministro Jorge Luis Tapia, se encontraba en Roma para participar en el IV Foro Mundial de la Alimentación, pero fue Granda quien acaparó la mirada de los presentes al entrar en la sala luciendo su peculiar calzado.

Al ser cuestionada por la prensa sobre el origen de sus zapatos, Granda explicó con una sonrisa: «Estos zapaticos me los trajeron desde Cuba, son una muestra de los avances de la industria zapatera de la Revolución. Son resistentes y, lo mejor de todo, ¡no se pelan ni con las caminatas por la FAO!»

El calzado revolucionario que causa sensación, Un regalo directamente de la patria

Según fuentes cercanas, los zapaticos fueron un regalo personal de altos directivos del Ministerio de Industria Ligera, quienes quisieron homenajear a Granda por su ardua labor en el ámbito diplomático.

“Mirta es un símbolo de resistencia y creatividad”, comentó Jorge Luis Tapia.

En una de las pausas del foro, Granda aprovechó para comentar los detalles técnicos de su calzado, destacando la resistencia del material y su “increíble relación calidad-precio”, en un intento por vincular la producción local de calzado con los temas de sostenibilidad que se debatían en el evento.

“Estos zapaticos son como nuestra Revolución: nunca se desgastan, y con un poco de brillo, siempre parecen nuevos”, bromeó Granda mientras los miembros de la delegación cubana asentían con convicción.

El comentario final de Granda fue el que cerró el evento con broche de oro: «Si los zapaticos resisten, la Revolución también. ¡Así seguimos avanzando, paso a paso!», y procedió a hacer la historia del por qué le tuvieron que mandar unos zapatos desde Cuba.

«¡Por fin mis dedos pueden respirar!»

«Estos zapatos son un milagro. ¡Por fin mis dedos pueden respirar!», exclamó Granda con una sonrisa de oreja a oreja.

Granda compartió que hasta hace poco sentía que sus dedos estaban atrapados y asfixiados en «prisión revolucionaria» dentro de su antiguo calzado, cerrado y opresivo.

“Era como si cada dedo estuviera en una celda de máxima seguridad”, bromeó la diplomática, refiriéndose a sus antiguos zapatos.

En un gesto inusual, reveló que decidió nombrar a cada uno de sus dedos como los Cinco Héroes Cubanos. «Gerardo, Fernando, René, Tony y Ramón», dijo señalando uno por uno. «Ellos también resistieron y ahora, como mis dedos, ¡son libres!».

Sin embargo, con este nuevo par de calzado abierto, sus dedos ahora se sienten libres, y Granda ha llevado su gratitud a otro nivel

“Ahora, cuando camino, siento que llevo la libertad en cada paso, como si estuviera marchando al lado de nuestros héroes”, comentó Granda con un tono que mezclaba humor y solemnidad.

El viceprimer ministro Jorge Luis Tapia, presente en el foro, intentó centrar la discusión nuevamente en los problemas alimentarios globales, pero no pudo evitar sonreír al ver la popularidad que habían alcanzado los «dedos liberados» de Granda entre los presentes.

Deja una respuesta